Lo que vengo a decir es que por eso me abandoné a los páramos del silencio, paré de escribir y encallé mi futuro en un barco. Esto de que parara de escribir no es del todo cierto, empecé a llevar un diario constructivo-personal para orientarme, pero eso no quiere decir nada. A veces en tiempo de silencio uno se dice muchas mas cosas de lo que se dice en tiempos de ruidos constantes. Y es en los tiempos de silencio, sin embargo, donde todos los hombres buscan ser escuchados. Somos una vorágine de contradicciones, somos tan felices y tan desdichados al mismo tiempo...
Cuando pienso que a veces no "necesitamos" o " requerimos" ayuda me gusta pensar que en cualquier momento voy a gritar "¡Vanidad!", pero al final nunca hago nada. Por favor, la casualidad ( causalidad, como dice un amigo mio), el deseo, el amor, la incertidumbre, el dolor, la codicia... Son nuestras bellas musas rampantes, estamos supeditados a su quehacer y con ello al quedecir. Pero no todos comprenden que las musas tienen límites, y que la inspiración viene tan solo cuando a ella le parece que debe venir. No exijamos inspiración, exijamos constancia. Que ese poderío humano y asombroso nos pille modelando hombres de barro.