No dejes de seguir al conejo blanco

No dejes de seguir al conejo blanco

miércoles, 8 de junio de 2011

8 de junio de 2011

Hoy es de madrugada y es la noche de mi orla. Cuando el pasado viene a redimirse, doy un paso al frente, es cuando me doy cuenta que tengo miedo de crecer. Y si los adultos lloran por miedo no es por fantasmas, ni siquiera por la muerte o el suicidio : lloran por la desesperanza, por la tristeza y por la insatisfacción de no haber vivido como pensaban que lo harían. Ante eso cómo erguirse. Con qué carácter averiguar la distancia o dirección del viento. Si cualquier respiración puede ser la última, debemos procurar callarlas todas con un beso. Y al final de todo eso, comprender, por qué venimos no lo sabe nadie, solo sabemos los cómos y los dóndes, pero el cuándo es un azar aleatorio. Miedo de ir a Holanda, ese país de la alegría donde fui de otra manera, llevarme desilusiones de la misma forma que pude haber vivido yo mismo de otra forma. Es volver a ver al pasado, ver que me voy consumiendo y que la vida es una inmensurable rueda de molino. Arriba y abajo el agua cae con nuestra desgracia, y no pesaremos más que una pluma. A nadie le importa y menos a nosotros, solo procuraremos alcanzar el final de este túnel con la mayor dignidad que nos es dada. Y por qué escribo no lo sé, carece de orden, coherencia, cohesión, este idioma de “hablar con Dios” que a veces tan poco funciona, no me salen las ideas de lo que realmente quiero decir, y no sé si profundizar en otras personas y buscar lo humano que me falta. Ni humedecer los labios puedo en una noche tan fría. Me siguen quedando dudas, resquemores, todos me acechan esperando algo de mí, todos de todos, en realidad. Es una orgía literaria y se llama “vida”. Si uno ya ha perdido el norte, ni la cordura la puede perder, así que es un ser desdichado y libre. Y ahora, cuando me siento frente a mí, con mis ojos de mosquetero demacrado, con mi pelo otoñal y mis toscos ademanes de persona joven, abro la boca para susurrar una palabra, algo que me vuelva a mostrar esa luz que creí que estaba siempre encendida. Algo que me muestre cuál es la mejor opción de la vida, si debes alcanzar la plenitud a través de los años, o dejar que tu corporeidad pase a través de la historia siendo efímero, pero conservando la llama, la dolorosa llama, de lo eterno.

1 comentario:

  1. Hey! Nunca me enteré que habías vuelto a escribir acá. No hay caso tocasho, el narcisismo se vuelve vicio, y por más que lo dejes, la abstinencia te mata e inevitablemente volvés a él.
    Me gusta como escribís, me leí de un toque todo lo que publicaste desde tu vuelta y al principio era como una oda al estar vivo, y están buenísimas. Noto un estilo diferente en las últimas publicaciones, todo bien che? Me quedo con esta frase: "Es una orgía literaria y se llama “vida”. Si uno ya ha perdido el norte, ni la cordura la puede perder, así que es un ser desdichado y libre. " Genial. Aunque dejame no estar de acuerdo con algo; desdichado y libre no pueden ir de la mano. Pero que no sea cierto no quita que sea una frase genial.
    Grande tocasho, te comenté algúna otra entrada por ahí. A ver cuando nos vemos eh?

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