No dejes de seguir al conejo blanco

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viernes, 19 de noviembre de 2010

POLVO

A Qué aspiramos es una pregunta tan intrigante que de mis ojeras salen gotas de humo que aplauden y secundan la moción. El polvo es lo que se rocía por las casas cerradas y vacías, es lo que acompaña al abandonado y arropa al ebrio en un bar de matinée. Es lo que sale cuando escachas un corazón roto, cuando las lágrimas se secan y se quedan en una encimera. Cuando corres, levantas polvo, cuando aspiras, respiras polvo, cuando te agitas el pelo, nace el polvo. Es nuestro medio, nuestra agua donde nadamos, lo que somos y lo que seremos, las estrellas que algún día brillarán, en lo que nos convertiremos.
Sé que tiene mal uso de "hechar un...", pero miles de palabras pueden hacer esa excepción y no verse afligidas por lo malsonante que rebota en nuestras cavidades; son capaces de negarlo un día con tal de ver que todo el polvo se une. Incluso al más abandonado se le reposa el polvo en el zumo de naranja del bar de los jueves, incluso a las abuelas les encanta levantar el polvo para infundirnos a todos la creencia de que los ciclos nunca mueren, y que el polvo tampoco. Nosotros sí, pero también somos polvo. Por tanto, vivimos mientras morimos, y nos acabaremos despedazando para acabar sobre las lágrimas secas de la encimera de alguien que ha llorado por amor.

2 comentarios:

  1. Siento haber tardado tanto en contestar las palabras que dejaste por mi blog, me encantaron. Gracias por intentar regalarme un poco de tiempo, ya he conseguido suficiente para ir tirando durante los próximos meses. Me ha encantado tu blog, tu manera de escribir:)

    Besos grandes y ten un buen día!

    pd:Te digo!:)

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  2. "Amor constante más allá de la muerte"


    Cerrar podrá mis ojos la postrera
    Sombra que me llevare el blanco día,
    Y podrá desatar esta alma mía
    Hora a su afán ansioso lisonjera;

    Mas no, de esotra parte, en la ribera,
    Dejará la memoria, en donde ardía:
    Nadar sabe mi llama el agua fría,
    Y perder el respeto a ley severa.

    Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
    Venas que humor a tanto fuego han dado,
    Medulas que han gloriosamente ardido:

    Su cuerpo dejará no su cuidado;
    Serán ceniza, mas tendrá sentido;
    Polvo serán, mas polvo enamorado.

    (Quevedo)

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