No dejes de seguir al conejo blanco

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domingo, 8 de agosto de 2010

Dieciséis horas escribiendo

Cuando el médico me dijo que esos dolores de estómago eran más que una indigestión por comer ciruelas, una especie de diarrea emplastada, o una absurda necesidad de hacerse el enfermito, entonces si supe lo que era bueno. Tenía grandes estragos en el estómago, por la parte del colon y las paredes del revestimiento epiteliar las tenía enjugadas en algo que era corrosivo, y los médicos no sabían a qué se podía referir. Resumiendo, ese niño sano que algún dia estuve siendo, cambió, y el médico me concedió sólo 24 horas de vida, no mas. A los trece años, con tal índole problemática en la barriga, lo normal hubiera sido echarme a llorar. Pero ya se sabe, esa fuerza que nos caracteriza nosotros, a los moribundos del espeso color de la bilis que se refleja en nuestra cara. Tardé veintitrés minutos tras el diagnóstico que necesitaba tener un legado. Algo que me recordara, por los hijos de los hijos que nunca tendría, claro, pero sí por encima de toda esa humanidad. A lo único a lo que podía aspirar era a trascender.
Decidí ponerme con esto, descontamos las horas que me pasé en el hospital, la pasada que hicimos hacia casa de los abuelos, todos esos llantos cayendo en la alfombra, yo les intentaba hacer recordar que era una alfombra siria, que las manchas de todo ese río de lágrimas no saldrían después , pero no me hicieron caso.
Cuando llegué a mi casa, abrí el ordenador, y con esto, me voy a disponer a escribir durante dieciséis horas lo que puede ser mi legado, empezando desde ya :
A los cinco minutos de estarme pensando qué escribir, decidí dar una vuelta al aire libre. Entonces me di cuenta, en estas horas que me quedaban, he hecho surf, he ido al parque de atracciones, he besado a una mujer por primera vez, he mirado un crepúsculo hundiéndose lejano en el horizonte, he comido en un buen restaurante, he escrito un poema ( y solo uno), he probado los cigarrillos ( y la verdad no merece morir por eso ) y me he atracado a dulces. Todo eso ha valido más para mí que una colección completa de tomos sobre mi ( corta) vida. Y en estos veinte minutos de vida que me quedan, quiero decirte que no soy de esas personas que tomaban jarabe solo para beber, ni vivían de forma tan despreocupada como si se fueran a morir mañana. Y hoy, me arrepiento de no haberlo hecho. Y no hace falta una vida entera para darse cuenta. Buenas noches.

1 comentario:

  1. este tambien esta increible
    por lo visto aun no has adivinado quien soy, bueno espero que no te tome demasiado tiempo mas.

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