No dejes de seguir al conejo blanco

No dejes de seguir al conejo blanco

martes, 15 de junio de 2010

Otra vez, como siempre

Parece mentira que no nos demos cuenta de que estamos metidos en una espiral insomne, que vamos de un lado hacia otro, parecemos pequeños funambulistas sin red, sin destino fijo. Otro día más, sofocas el despertador mientras te agarras a los retazos de tu sábana, como si fuera la única que te comprendiera en este mundo. Sientes náuseas a la hora de desayunar, no te apetece pensar : es un crimen para tu integridad.
Coges cualquier transporte público con la desgana de siempre, miras a la gente como si no fuera gente, como si fueran muñecos y esperas a tu parada. Al llegar tus pasos van solos, tienes que huir entonces de todo ese redoble de pasos en las aceras malogradas, tienes que ser capaz de volar.
Llegas a las mismas clases, las mismas caras con las mismas obligaciones. Ahora sí es un buen motivo para llenarte el esófago de náuseas. Tras seis horas de embotamiento, la función debe continuar, volviendo a un proceso en retroceso que sientes como un déjà vu en tu sien, y no se te ocurre estar metido dentro de un sueño.
Estudias, sucumbes ante el sopor de la habitación, ante ese perfume que no es perfume, pero que lo parece, a esa soledad que se filtra entre las cortinas y que se mezcla con tu flexo mientras estudias a Descartes. Coges aire, ves que ya son las siete y te cagas en lo cagable del hoy por hoy, cuando vuelves a parpadear da lo mismo. Se han vuelto las nueve. Llegas tras una cena frugal a tu cama, te cierras como un sobre con solapa y cierras los ojos. Entonces piensas:
" Enhorabuena, he fabricado otro día inútilmente vacío" Y lo peor es que al estar leyendo esto lo estás recreando, y sabes como yo que caerás en el error de hacer un día vacío, como un boton sin ojal, como un enamorado sin corazón.

1 comentario:

  1. Y porqué no intentar que cada día sea diferente, aunque solo sea por un minuto que puedas cambiar?

    Z

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