Está en las tinajas consumidas por el polvo de los mercados sirios, está en esas gotas de lluvia que se desparraman asfixiantes contra un cristal. Está esperando ansioso a que dobles la esquina para que lo noquees y te pueda invitar a su boda. Está en los tambores de carnaval, en la serpentina absurda volando sobre nuestras cabezas. Aspirando el aire, danzando los corazones, esperando insigniticante en una esquina de tu cuarto, esperando que apagues la luz para entonces envolver a todos los mosquitos en un aura que huele a puerros.
En el remoloneo de una caricia se esconde un monstruo peludo y agradable, que huele a almizcle de rosas y chicles de melón. Se ordena los cabellos con los vientos del norte.
me encanta! ademas estoy sentimental en esta noche de 23 de octubre, y logra que mi piel se contraiga. Esperando que doblemos esa esquina, sin importar que insistamos en doblar miles de ellas antes
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