No dejes de seguir al conejo blanco

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jueves, 16 de diciembre de 2010

El hombre arbusto

Cierto es que, a medida que el sol se yergue por el horizonte, las ramas se van secando y desprendiendo del rocío, por las hendiduras de materia muerta van desapareciendo los copos de una noche fría y las hojas se abren en abanico esperando que cante la mañana. Entonces, me levanto, estiro mis oriundas manos de madera y acaricio el aire. Hace un día muy bonito, pero sigo enterrado aquí, en mitad del bosque silencioso y en tierra fresca me voy hundiendo. Hay sombras entre los vetustos ramajes, pero yo estoy tranquilo, no hay motivos para no estarlo. Mi personalidad se levanta como las nubes con viento, miro al bosque y solo veo nidos rotos, no hay un alma en metros a la redonda. Un pájaro me picotea la base del tronco; al principio me hace cosquillas pero luego me hace un daño infernal, tengo que sacudirle levemente con uno de mis tallos para que salga volando hacia otro lado. No sabe mi alma qué pensar, mi alma está vacía y hueca como una flauta de madera, pero a la vez está lleno de inquietudes que no saben detrás de qué piedra esconderse. Muchas veces pensé en que algún día hendirían en mi sangre blanca el hacha afilado, o que de un golpetazo de ventisca saliera monte abajo, teniendo mis raíces como un pelo mustio y engangrenado. Pero es gracias a esa necesidad de no saberse morir, de esperar al filo de las líneas de lo imperceptible a lo que me mantengo lozano, sabiendo que las hojas se caen en otoño, y el río se oscurece con lluvia. Lo que más me produce extenuación son todas esas ramas, duras, gordas o blandas, flacas, de ellas cuelgan el preciado fruto de lo que más amo, es en ti mujer donde encuentro todo ese fruto que hace peso en mis largas extremidades, la verdad de querer ser arbusto por la razón de vivir, de poder acercarme a los labios de ti, mujer, y poder besar esos labios que parecen un higo recién abierto...

1 comentario:

  1. Trate de encontrarle el caracter personal, y me perdi en el intento. Busque enloquezida metaforas que tal vez no existen :)
    Pero debo confesar que me encanta como siempre, y que al final encontre las metaforas que esperaba encontrar

    Catalina

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