El culpable indiscutible de los llantos al ver fotos antiguas, es como el brindis de haber robado toda la esperanza en un momento álgido, es como ese hombre triste que acaparó la nostalgia en su tumba personal.
Pero es nuestro futuro roto, lo que fuimos en espera de lo que seremos, lo que nos enseñó. Es tan parte de nosotros que a veces nos llegan escalofríos de cómo es capaz de acordarse de nosotros. Pero aún así no estamos a salvo, nuestros actos caen una y otra vez como gotas en la lluvia, un golpeteo incesante contra los cristales del coche, estamos condenados al fracaso. Ni siquiera podremos salvarnos de un desamor, de una traición, de un sentimiento indoloro de pura ignorancia.
De la tumba. De eso es de lo único que estamos a salvo en el pasado.
Te quiero ver! La verdad que me encanta leerte :) Te quiero hermano!
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